dimarts, 29 de març del 2016

CONTE DE L'ELEFANT ENCADENAT


CONTES PER APRENDRE




Els contes ens poden servir per trobar recursos que ens ajuden a superar i entendre situacions diverses. 
 

Treballar les emocions a l’escola i a casa és molt important per ensenyar a gestionar les pròpies emocions: controlar la ràbia, conèixer la por, acceptar els errors, tenir empatia, tenir una bona autoestima …

A partir del conte podem parlar d'allò que és tan difícil d’expressar, les emocions i els sentiments.


L’ELEFANT ENCADENAT
És un conte d’en Jorge Bucay. 
 

L’elefant, pot ser un de nosaltres davant d'una situació quotidiana.



Com diu la Tere Abellán: « En alguns moments de la vida, ens aferrem a la rutina, allò imposat, al que sempre ha estat així,… oblidant que tenim un món magnífic que vol el millor per a nosaltres. Ens conformem amb expectatives pobres desvalorant-nos. Nosaltres som un tresor i ens hem de valorar així. No ens podem conformar amb la rutina perquè amb ella podem morir. És un risc estirar de la cadena però penso que hem de provar d’estirar i aconseguir la llibertat, la felicitat, la plenitud. 
Arrisquem-nos!!»


«Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacia despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal… pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas clavada a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía creía en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: -Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca… y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía… Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás… jamás… intentó poner a prueba su fuerza otra vez….»