CONTES PER APRENDRE
Els
contes ens poden servir per trobar recursos que ens ajuden a superar
i entendre situacions diverses.
Treballar
les emocions
a l’escola
i a
casa
és molt important per ensenyar a gestionar les pròpies emocions:
controlar la ràbia, conèixer la por, acceptar els errors, tenir
empatia, tenir una bona autoestima …
A
partir del conte podem parlar d'allò que és tan
difícil d’expressar, les emocions i els sentiments.
L’ELEFANT
ENCADENAT
És un conte d’en Jorge
Bucay.
L’elefant, pot ser un de
nosaltres davant d'una situació quotidiana.
Com diu la Tere Abellán: « En alguns moments de la vida, ens aferrem a la rutina, allò imposat, al que sempre ha estat així,… oblidant que tenim un món magnífic que vol el millor per a nosaltres. Ens conformem amb expectatives pobres desvalorant-nos. Nosaltres som un tresor i ens hem de valorar així. No ens podem conformar amb la rutina perquè amb ella podem morir. És un risc estirar de la cadena però penso que hem de provar d’estirar i aconseguir la llibertat, la felicitat, la plenitud.
Arrisquem-nos!!»
«Cuando yo era chico me
encantaban los circos, y lo que más me gustaba eran los animales.
También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la
atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacia
despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal… pero después
de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el
elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una
de sus patas clavada a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era
solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros
en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía
obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su
propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué
lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía 5 o 6 años
yo todavía creía en la sabiduría de los grandes. Pregunté
entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el
misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no
se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta
obvia: -Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo
haber recibido ninguna respuesta coherente.Con el tiempo me olvidé
del misterio del elefante y la estaca… y sólo lo recordaba cuando
me encontraba con otros que también se habían hecho la misma
pregunta.
Hace algunos años descubrí
que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como
para encontrar la respuesta: El elefante del circo no se escapa
porque ha estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño.
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la
estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó,
tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no
pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se
durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también
al otro y al que le seguía… Hasta que un día, un terrible día
para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su
destino.
Este elefante enorme y
poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que
NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella
impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás
se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás… jamás…
intentó poner a prueba su fuerza otra vez….»